Jesus, Lecciones para la Vida 5 
La Emoción en el Ministerio
A medida que Jesús empezaba su ministerio, podemos ver que Él podía y se ponía muy emocional con algunas de las cosas que Él encontraba.
En uno de los primeros viajes a Jerusalén podemos ver demostración de emociones, incluyendo celo y enojo, manifestados en el comportamiento de Jesús. Cuando Él observó que el templo de su Padre estaba siendo usado como un mercado para vender animales y para cambiar dinero, Jesús saló a los vendedores de las plazas del templo.
Juan 2;13 Cuando se aproximaba la Pascua de los judíos, subió Jesús a Jerusalén.
14 Y en el templo halló a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, e instalados en sus mesas a los que cambiaban dinero.
15 Entonces, haciendo un látigo de cuerdas, echó a todos del templo, juntamente con sus ovejas y sus bueyes; regó por el suelo las monedas de los que cambiaban dinero y derribó sus mesas.
16 A los que vendían las palomas les dijo: ¡Saquen esto de aquí! ¿Cómo se atreven a convertir la casa de mi Padre en un mercado?
17 Sus discípulos se acordaron de que está escrito: El celo por tu casa me consumirá.
La Lección Clave — El Ministerio no está asunte de emociones humanas
Nuestro Salvador demostraba emociones. Las emociones y los sentimientos son parte de nuestra condición humana. La lección aquí es que las emociones son reales. Fueron reales para Cristo.
La Lección Clave — Las emociones de Cristo estuvieron relacionadas con hechos contra Dios, no contra sí mismo.
Lo que la mayoría de nosotros debemos tratar de entender es, "¿Cual debe ser la razón para una emoción fuerte? y ¿Cuando son apropiadas?" En este ejemplo del enojo de Jesús, el enfoque estuvo en lo que la gente estaba haciendo para deshonrar a Dios. No fue porque alguien le hizo dañó a Cristo, o le dijo algo malo a Él. Por en contrario, su enojo fue despertado por la gran deshonra contra Dios el Padre.
Muchos de nosotros, estamos más furiosos cuando alguien nos ha dañado o nos ha ofendido a nosotros.
Este no fue el caso aquí. Como vamos a ver en escrituras más adelante, cuando Cristo era atacado a nivel personal, hasta el punto de estar cerca de la muerte, su reacción fue silencio y perdón.
A medida que pensamos en este increíble ejemplo de la humanidad de Cristo, lleno de emoción, tratemos de ver más que el simple hecho que Él mostró la emoción y busquemos el elemento central que provocó las emociones.
Bendiciones en tus estudios,
Larry
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